Cuando los hijos se vuelven desobedientes, responden, cambian de actitud, pierden el respeto, e incluso las expresiones de afecto cambian, los padres pasan a ser de menor importancia que las amistades. Y por supuesto que esto puede llegar a provocar cambios en la dinámica familiar, donde los padres se sienten rechazados y desplazados y, por lo tanto, necesitan volver a tomar autoridad. En esta lucha de voluntades se pueden encontrar muchas razones para elegir un internado para niños.
Cuando un niño es pequeño si puede desafiar las reglas por qué quiere someter su voluntad, pero no las cuestiona en realidad, dado que la motivación está más enfocada en obtener lo que quiere, mientras más pequeños nos enfrentamos a una etapa de egocentrismo donde el mundo se tiene que ajustar a sus necesidades. En la etapa de adolescencia sí, es tiempo de cuestionar por qué motivo se hace así, por qué está bien o está mal, por qué esta religión y no otra, por qué a mis amigos los dejan y a mí no.
Cual es la “rebeldía normal”
Dentro de un desarrollo considerado “normal” van a probar distintas cosas de su entorno, tales como:
- Estilos de vestimenta
- Música
- Alimentos
- Creencias
- Gustos
- Valores
¿Esta rebeldía durará para siempre?
La respuesta es simple, no durará para siempre, pero algunas cosas no volverán a ser como antes, cuando terminan estas etapas de cuestionamiento y cambios en la forma en que reaccionan ante lo que se les pide en casa, en la escuela y sus amistades, los hijos ya establecieron las características que mejor encajan para sí mismos. En ocasiones se normalizan los comportamientos y todo vuelve a un estado de calma.
Sin embargo, esto también puede desarrollar una tendencia a comportamientos violentos o autodestructivos de por medio y que, por lo tanto, requiere que se atienda de manera distinta, ya sea en programas para jovenes rebeldes o internados para niños.
¿Qué medidas puedo tomar?
- Ser flexible: llegar a acuerdos con los hijos, negociar y llegar a los puntos medios, la rigidez puede convertirse en una barrera y obstaculizar la relación padres-hijos. Siendo flexible les enseñas negociación, responsabilidad y respeto.
- Comunícate: Y no, no significa que solamente hables, les aconsejes, etc. Escucha atentamente lo que tienen que decir, la comunicación es de dos vías, si quieres ser escuchado, tienes que escuchar.
- Empatiza con sus sentimientos: Tus hijos están en pleno desarrollo de lógica, y sus emociones están en una montaña rusa, recuerda cómo te sentías tú a esa edad, intenta encontrar puntos en común y acércate por ahí.
- Habla con otros padres: aprende de sus experiencias, los que les haya funcionado y lo que no.
Sabemos que como padre uno no puede ser perfecto, no existe un manual para ello, es algo que se aprende en base a la experiencia, el ensayo y el error. Regularmente, es todo un proceso, sin embargo, una de las razones para elegir un internado para niños es obtener el mayor beneficio que uno como padre puede ofrecer. Ya que en ese ambiente puede enriquecer sumamente su desarrollo social, académico y psicológico. Consulta, ¿Qué actividades educativas se recomiendan para los adolescentes? o Cómo combatir la depresión y la tristeza en los adolescentes.
