Hablar de problemas conductuales en niños de preescolar no es otra cosa sino hacerlo de los comportamientos recurrentes de algunos niños que acostumbran distorsionar el curso habitual no sólo en la clase como tal, sino también en los diferentes grupos de compañeros y amigos y en la familia.
El que un niño se comporte de forma un tanto rebelde puede ser considerado como una situación normal en su desarrollo. Es habitual que los niños prueben los límites y las reglas con tal de descubrir, por un lado, qué sí tienen permitido hacer, por el otro, cuáles son las consecuencias en caso de realizar lo que no se supone no deben realizar.
Las características del perfil que presenta un niño con problemas de conducta pueden dividirse en cognitivas, afectas e interpersonales.
Por el lado de las cognitivas, destacan el tener una autoimagen negativa, ser egocéntrico y contar con poca o nula tolerancia a la frustración.
En cuanto al tema afectivo se refiere, se incluye la falta de control sobre todo tipo de emociones (felicidad, enojo, tristeza, etcétera), así como la ausencia de empatía, impidiéndole ponerse en el lugar de otros.
Respecto a las relaciones interpersonales, es común que se presenten desacuerdos entre los padres, pues mientras alguno puede buscar aplicar un castigo para corregir un mal comportamiento, el otro termina por levantarlo, confundiendo así al niño y provocando todo tipo de problemas familiares.
En algunas ocasiones resulta difícil detectar los problemas conductuales en niños de preescolar debido a que no son tan llamativos, aunque eso no significa que no desesperen tanto a los profesores como a los padres.
Hay ciertos comportamientos a los cuales que tanto los padres como los educadores del menor deberían prestar atención. Es importante registrar en qué momento iniciaron los problemas de conducta, si siempre se ha comportado de esa manera, cuánto tiempo dura con actitud desafiante, así como su propia actitud y comportamiento con el niño cuando se porta de mala manera.
Finalmente, los problemas conductuales más frecuentes en niños incluyen: trastorno de conducta repetitiva agresiva (incluyendo amenazar, gritar y romper objetos), así como agredir de manera física.
