Por principio de cuentas, se debe estar perfectamente consciente de cuál es el propósito de un campamento para jóvenes rebeldes: servir como una “llamada de atención” para cualquier menor que quizás se esté dirigiendo hacia un comportamiento que podría traerle serias consecuencias.
Este tipo de lugares no cuentan con programas para adolescentes con problemas series cuyo comportamiento es violento.
En caso que el menor sufra de cualquier tipo de problema emocional grave, la mejor opción es recurrir a un internado terapéutico.
En uno de estos campamentos, los niños y jóvenes son expuestos a un entrenamiento militar tradicional (o muy similar a uno), incluyendo el campo de entrenamiento, aunque eso sí, con una experiencia ajustada a la edad del menor.
Los programas que aquí se implementen incluyen entrenamiento físico y ejercicios militares, además de reglas muy estrictas (levantarse a cierta hora, saludar de determinada forma, etc.), todo con miras de inculcar respeto y disciplina.
Conociendo lo anterior, se debe tomar en cuenta que el costo de enviar a un joven rebelde a uno de estos campamentos puede variar considerablemente, con opciones que llegan a costar tanto como unos cuantos miles de dólares.
Aunque eso sí, existen programas los cuales ofrecen distintas opciones de financiamiento, esto con el objetivo de que el costo no resulte en un impedimento para los padres que no cuentan con la solvencia económica necesaria para poder recibir la ayuda que tanto desean para su hijo (y para ellos mismos).
Sin dejar de ver que desde luego todos tenemos un límite en nuestra capacidad económica, éste no debiera ser el factor determinante para tomar una decisión.
En resumen, es importante que como responsable del menor, y si ya se decidió dar el paso de inscribir a su hijo a un campamento para jóvenes rebeldes, el padre y/o la madre (de preferencia ambos) vaya y visite personalmente cada uno de los lugares que esté considerando como una opción.
Así, y sólo así, se tendrá la certeza de todos los pormenores del campamento; la condición de las instalaciones, la capacidad del personal, el precio de los servicios y las técnicas utilizadas.